Me dispongo a proponerles un listado de ocho películas italianas que para mí han sido importantes por diversas circunstancias de la vida, por los momentos en los que las he visto, porque me han marcado por diversas circunstancias o incluso porque me han ayudado a aprender este bello idioma viéndolas en versión original. No son mis diez películas italianas favoritas ni las diez que considero las mejores de la historia del cine transalpino: son, como digo, ocho títulos a los que tengo cariño y de los que recomiendo sin duda su visionado. Espero que disfruten de la selección, que acompaño con una pequeña, modesta y desenfadada reseña de cada película.
Ladrón de bicicletas (1948): Del gran Vittorio de Sica; es la gran obra maestra del neorrealismo italiano, sin duda, y es una historia tierna, simple, dura, muy dura, pero imprescindible de ver. La vida cotidiana y la lucha por conseguir la felicidad en un medio duro y hostil, en una historia que tristemente podría ocurrir en nuestros días y en nuestras calles y barrios. Una muestra de cómo con una historia de sentimientos se puede conmover sin derroches de efectos especiales o presupuestos disparatados. Imprescindible para todo cinéfilo que se precie por sus momentos inolvidables.
Yo soy el amor (2009): De Luca Guadagnino. Es un drama folletinesco protagonizado por una familia de la alta, altísima burguesía milanesa y su universo de falsas apariencias, diversiones banales y falsas pasiones que enmascaran una fría realidad. Pero la auténtica pasión se hará presente y ¡boom! no cuento más. Drama al más puro estilo viscontiano en una producción muy reciente.
Umberto D (1954): Otra vez del gran Vittorio de Sica. Es que no podía dejar de incluir otra gran obra maestra del neorrealismo italiano, no sé si a la altura o no de “El Ladrón de Bicicletas”, pero pocas películas me han hecho derramar tantas lágrimas como ésta. Otra historia dura, sencilla, y tristemente muy actual sobre la amistad de un anciano pensionista en graves problemas económicos y su fiel perro.
Una jornada particular (1977): de Ettore Scola. Pocas veces en pantalla se ha visto una química tal como la de esos dos gigantes escénicos que son Sofía Loren y Marcello Mastroianni (uno de mis actores favoritos, les confieso). Este drama sobre amistad, homosexualidad en tiempos difíciles y fascismo engancha e impresiona desde el primer momento. Sólo estos dos personajes protagonistas que interpretan la Loren (una ama de casa) y Mastroianni (un intelectual que oculta algún secreto y al que no le hace mucha gracia “Il Duce”) llevan todo el peso del largometraje, acompañados de una narración de radio de la visita de Hitler a Roma. La vii en mis tiempos universitarios y me dejó una muy grata sensación.
Dos mujeres (1960): de Vittorio de Sica (otra vez). Se nota mi debilidad por este director. Ademas me estoy dando cuenta de que todos los films que estoy seleccionando son dramas, para otra ocasión prometo una selección de comedias italianas, spaghetti westerns o “gialli”. Aquí tenemos una representación hiperrealista y desgarradora de la Italia de la Segunda Guerra Mundial y de la manera terrible en la que el conflicto destruyó vidas, familias sueños e ilusiones. Muy muy dura, pero también muy recomendable para el buen paladar cinéfilo.
Mediterraneo (1991): de Gabriele Salvatores. La película mas desenfadada y única comedia de las ocho que propongo, aunque como las demás compañeras de listado llena de valores sentimentales y sensaciones humanas que hacen mover a unos entrañables soldados italianos perdidos en una isla griega de la que nadie se acuerda. La isla, el mar, son también protagonistas y van a abrazar y acoger a estos personajes al igual que los isleños con los que comienza una convivencia amistosa y cordial, olvidando incluso el conflicto bélico del mundo exterior. Fotografía y música impresionantes, recomiendo su visionado en versión original para apreciar los matices de los diversos acentos de los personajes, que hace mucho más divertidas muchas situaciones.
Cinema Paradiso (1988): de Giuseppe Tornatore. ¿Qué decir de Cinema Paradiso? Obra maestra, una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine de la mano del genio Ennio Morricone, escenas inolvidables… cine en estado puro. Incluso, mas que cine en estado puro, la escena de los besos es EL CINE con mayúsculas. Impresionante escena de amistad, emociones, sentimientos y amor por el séptimo arte. Imposible verla y no derramar alguna lagrima, ¡si la han visto y no se han emocionado en ningún momento les aseguro que tienen un grave problema! Además, para mí tiene un significado muy especial. Bellísima e imprescindible.
Senso (1974): De Luchino Visconti. Es un dramón decimonónico que nos sumerge en la Italia del Risorgimento y de los últimos coletazos del dominio Austriaco en el Veneto y la Lombardia. Una película tremendamente cuidada con una gran puesta en escena y ambientación histórica, con la factura siempre sobria y brillante de Visconti. Sentimientos a flor de piel, engaños, amores imposibles, hacen que este filme guste mucho a los aficionados al drama de época, eso sí, recomiendo verla en días en los que se esté de buen humor, ¡es muy dramática!
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