En los últimos años ha surgido una nueva adicción, que no se refiere a las drogas, al alcohol o al cigarro, sino a una actividad tan común que no se considera una acción nociva, pero que sin duda, ya se ha convertido en un hábito excesivo en las personas. Se trata de la dependencia a los teléfonos celulares.
Un aparato tecnológico que surgió para intensificar la comunicación entre las personas, pero con que el paso de los años ha podido ofrecer más que llamadas a sus usuarios.
Al despertar recurrimos al teléfono celular para revisar posibles notificaciones de Facebook y ver qué ocurrió toda la noche. Igual revisamos el Twitter para informarnos, ver si tenemos nuevos seguidores, y ¿por qué no?, también subimos una foto a Instagram.
Si bien es cierto que su uso, aunado al impacto y poder del internet, nos permite estar “conectados”, leer noticias locales e internacionales, enterarse de los chismes de los famosos y en general navegar por las redes sociales, también son una importante distracción para las actividades de las personas.
Actualmente hay muchos conductores que desafían su concentración y no evitan llamar o usar sus teléfonos mientras recorren la ciudad, causa de muchos accidentes de tránsito.
Es difícil encontrar a una persona que no tenga un teléfono, y más difícil que no lo use con tanta frecuencia. Somos parte de una adicción que no es juzgada en los medios, no se condena, pero que es un mal común, un hábito que de alguna forma es el reflejo de la sociedad actual.
“Nadie puede escapar a la moda de la tecnología, que originalmente viene de la apetencia sin límites de los seres humanos” afirma el ilustrador y animador Yukai Du, creador del trabajo “Way Out”, que retrata este problema actual de la sociedad.
Yukai Du empleó elementos abstractos, cuerpos sin rostro, estampados y colores vibrantes para hacer un resumen caótico y dramático de esta sociedad acelerada y dependiente a la tecnología.
Way Out from Yukai Du on Vimeo.
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