Pensar que los derechos se pueden otorgar a unas personas si y a otras no, es vivir anclado en un sistema social y político en el que se distinguían a las personas por su color de piel o tamaño del cráneo. Más preocupante aún resulta que este pensamiento provenga de un líder político que mueve masas y peor aún que se diga de izquierda.
Lo anterior viene a colación por las recientes y reiterantes declaraciones del dos veces candidato a la presidencia del país, Andrés Manuel Lopez Obrador, quien sin pudor o recato alguno ha sido muy claro al señalar que el tema de matrimonio igualitario y aborto son temas que deben someterse a referéndums nacionales, o sea: hay que preguntarle a la gente si le permite a otros iguales tener los mismos derechos, olvidando así el espíritu de universalidad que debe permear en los sistemas jurídicos contemporáneos.
Nuestro querido AMLO (mentira) ha sido muy claro y tajante al no querer asumir una postura sobre este tema, en especial al medir el impacto que puede tener en sus seguidores y posibles votantes a quienes reconoce por ser católicos o evangelistas, dejando en claro que el sí distingue entre creencias o creyentes y peor aún dando por muerta la importancia de separar a las iglesia de las atribuciones que corresponden únicamente al Estado –si su amado Benito Juárez viviera se volvería a morir al ver lo que han hecho de sus Leyes de Reforma-.
Andrés Manuel ha jugado claramente con el oportunismo político disfrazado de izquierda progresista, si bien su trapacería podría formar parte de las tantas mentiras que los políticos mexicanos dicen (y peor aún, ejecutan impunemente) es aún más preocupante proveniente de quién ya está más que listo para el 2018 y está arriba en las encuestas hasta el momento.
Se trata de autoestima nacional…
No sé si ustedes han escuchada alguna vez las quejas por la situación del país e igual de común con esas voces se dicen que ‘Lo hecho en México no está bien hecho’. Esas mismas voces se deshacen en alabar o sobresaltar todo lo que viene del extranjero, poniéndolo muy por encima de la producción nacional.
Cuando escucho esto solo puedo pensar ¿qué mala autoestima nacional tenemos? México se encuentra entre las 20 potencias económicas mundiales, nuestra aportación histórica como sociedad nos coloca en lugares privilegiados en materia cultural o artes, por tener un ejemplo. Pero aún así no podemos creer en el potencial que como país y mexicanos tenemos, este sería nuestro principal gran error.
Ojalá alguna dejemos la pubertad colectiva que nos llena de inseguridades y menosprecios, ya que el tener autoestima social sería un primer paso para salir del hoyo al que parece ya nos acostumbramos… Ojalá no.
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