Ant-Man: la gran comedia “mínima” de Marvel

Renovarse o morir. Marvel lleva ya un largo camino recorrido en esto de crear su universo de superhéroes para el cine y la lógica indica que la fórmula se acabará en algún momento. Pero se niegan a abandonar la mina de oro y para que esto funcione hay que refrescar los contenidos. Por eso, Ant-Man: El hombre hormiga es la primera historia mínima de dichos estudios y el resultado tiene mucho que aportar a las tramas por venir relacionadas con ese mundo.

La llegada de El hombre hormiga a las salas de cine tuvo un sinuoso proceso, lo que a la postre dejó un guión que se hizo con muchas manos. Lo significativo es que el texto final se nutrió con las ideas de gente involucrada de lleno con la comedia: Joe Cornish, Paul Rudd, Adam McKay y Edgar Wright.

Este último dejó la dirección del filme por diferencia creativas con los Estudios Marvel. Si Ant-Man hubiese quedado como El desesperar de los muertos (2004) o Scott Pilgrim vs. los ex de la chica de sus sueños (2010) habría sido monumental, no lo duden. Pero no fue así y lo que se ve en pantalla es chistoso, creativo, un -paradójicamente, dado el tamaño del protagonista- gran cierre para la fase dos del UCM.

Ant-Man transita narrativamente con la fluidez de un batallón de hormigas laboriosas haciéndose de alimento: su tono cómico le acerca más a lo que ocurrió con Guardianes de la Galaxia que al fiasco que significó La era de Ultron. Es simple: no había compromiso mayor, salvo con la continuidad de este súper ensamble que cuidadosamente va construyendo Marvel en el cine.

Quizás ahí estuvo la salida de Wright, en los momentos que se necesitan insertar en cada película para que este consumo de todos los productos sea necesario. Porque cuando no hay estos forzados momentos vemos una cinta sin enormes pretensiones, es un filme de maestro-alumno bastante ágil, a la vez que se construye como una historia de hurtos complejos bastante amena.

Paul Rudd fue una gran elección. Es, por mucho, el completo antihéroe; sin la pedantería de Tony Stark, la solemnidad de Thor y el alto sentido patriótico y de justicia del Capitán América. Es un hombre en busca de redención ante sus faltas. El de New Jersey quedó como anillo al dedo luego de un pasado con roles de eterno perdedor que logra salir avante con picardía.

Eso es Ant-Man: un ladrón que aprende a ser héroe, pero para sí mismo, con sus cercanos, sin reflectores, sin excesos. Busca salvar el mundo consiguiendo alivio en su interior. Es por eso la historia más “pequeña”, íntima, de Marvel, pero a la vez, bastante reveladora de lo que sigue para este tipo de historias.

En un momento en que los superhéroes están logrando el hartazgo de millones, aparece un diminuto protagonista que se nos vuelve más cercano porque hace un cambio para sí que lo acercará a lo que realmente le ocupa: su familia. Este cambio de tono, de lograrse en los productos por venir, es lo que se necesita para que dejemos de pensar en súper poderes para comenzar a imaginar súper voluntades.

Sí, Ant-Man, como varias cintas de Marvel, adolece de un villano interesante. No es culpa de Corey Stoll, simplemente le tocó personificar a la parte más floja del guión, porque lo más rico se encuentra en esta dinámica padre-hijo que logran el Dr. Pym (Michael Douglas) y Scott Lang (Rudd): dos fulanos imperfectos y pletóricos de errores pese a sus virtudes.

Los latinos y los afroestadounidenses aparecen para aligerar las cosas, para alimentar la broma, se juega con los estereotipos, pero ¡vamos! ¡es una comedia! Se establece así desde el comienzo y tampoco se le podía exigir mucho al director de Triunfos robados (Peyton Reed), quien exhibe aquí una de sus mejores facturas.

Sin ser la última gran cinta de superhéroes, Ant-Man es mayor de lo que parece, juega a ser chiquita pero en realidad es un alivio que los de Marvel hayan justificado de este modo haber apartado a Pym del protagonismo que sí tiene en las historietas. Su partícula, ínfima en la historia, nunca antes había sido tan grande.

Ant-Man (2015)

Director: Peyton Reed.
Guión: Joe Cornish, Paul Rudd, Adam McKay, Edgar Wright.
Protagonistas: Paul Rudd, Corey Stoll, Michael Douglas, Evangeline Lilly, Michael Peña.
Fotografía: Rusell Carpenter.
Edición: Dan Lebental, Colby Parker Jr.

Artículo publicado en Azteca Noticias: http://www.aztecanoticias.com.mx/notas/entretenimiento/226490/ant-man-el-hombre-hormiga-y-las-pequenas-grandes-historias

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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