El Festival Ceremonia celebró su tercera edición y los actos principales que engalanaron el cartel no dejaron mal a los fanáticos que se concentraron en el Centro Dinámico Pegaso. Ni la leve granizada que cayó en algún momento de la tarde impidió que la muchachada se divirtiera en uno de los encuentros musicales emergentes que pinta para crecer como la espuma, aunque hubo detalles.
Snoop Dogg hizo esperar a los miles que nos reunimos para hacer un repaso de su discografía: el acto comenzó casi 50 minutos después de lo programado. Pero la fiesta que se armó… valió la pena todo.
Ceremonia tiene el potencial para ser uno de los festivales referentes en unos años. Ya tiene actos importantes, convoca a un gran número de personas, tiene los espacios de recreo y descanso más prácticos que hemos visto en muchos de su tipo en la Ciudad de México y sus zonas circundantes. Pero la programación fue un tema a considerar en esta edición.
Y es que los músicos no tienen responsabilidad, vamos, tampoco el comité organizador de las inclemencias del tiempo, pero la previsión es importante y esos puntos finos retrasaron los sets del escenario principal. Eso y que la variedad de géneros concentrados en un mismo escenario tampoco ayudaron a un mejor disfrute.
The Wookies tuvo la mala fortuna de ver a los cientos de melómanos correr cuando la granizada se hizo presente. Ellos siguieron firmes en el escenario y aprovecharon la lluvia para hacer un pacahngón todavía más alegre al que nos tienen acostumbrados. Con estos músicos no hay falla, la rola que sea, todas nos hacen mover el piecito.
Melody’s Echo Chamber significó el momento tierno de la tarde. La dulce voz de Melody Prochet encantó a más de uno y aunque no fue de los actos más concurridos sí sirvió para que quienes iban en pareja se tomaran de la cintura, se vieran a los ojos y dijeran: vamos por cerveza. No, ya en serio, el escenario se pintó para que los amantes se sintieran soñados y respondieron con gratitud a la entrega de la francesa y sus músicos.
Pusha T parecía enojado… no, ese es su estilo. Y fue un gran previo para lo que vendría horas más adelante con Snoop Dogg. Sin embargo, la parte frontal del escenario lucía vacía, pues los charcos se concentraron en esa zona, dando una apariencia de un acto con poca convocatoria. Fue sólo una ilusión, pues en los alrededores muchos lucieron sus pasos hiphoperos y las manos arribas; ahora sí que reinó el espíritu “gangsta” en un set que seguro fascinó a quienes nunca habían visto o escuchado al del Bronx.
Chet Faker emocionó por momentos, pues el tipo de música que hace el australiano va bien para poner ambiente, pero su set fue demasiado tardado. La zona VIP parecía estar en un antro lounge y en “pista” la gente se dedicó más a la charla que a disfrutar lo que había en el escenario principal.
Jungle fue mi segundo acto favorito después de Snoop: hay tanta alegría en sus presentaciones que uno no puede escucharlos y quedarse quieto. No por nada fueron la sensación musical el año pasado en Reino Unido y su mezcla de funk, soul y electrónica es una maravilla en vivo. Sus temas son elegantes y no por ello aburridos, saben combinar sus talentos sobre el escenario y no existe un excesivo protagonismo por parte de sus vocales: operan como reloj suizo.
El problema de retraso se generó antes de que los británicos salieran al escenario: más de 40 minutos tardó el staff en dejar listos los instrumentos que ocuparían con el consiguiente tiempo perdido para el cierre en Corona Extra con The Horrors y Snoop Dogg.
The Horrors salió con todo el poderío de su oscuro sonido y conquistó a la fanaticada, el problema ocurrió en los temas finales cuando los procedentes de otros escenarios tuvieron que esperar a que los ingleses terminaran de tocar para escuchar al del Doggie Style: ante actos tan diferentes los impacientes comenzaron a chiflar a los músicos en el escenario, conversaron sin prestar atención a lo que ocurría e impidieron que quienes sí estaban interesados disfrutaron del espectáculo como debe de ser.
Al final, Snoop Dogg se adueñó de la madrugada, no importó el frío ni las áreas mojadas, desde que sus músicos salieron a apoderarse de sus instrumentos el griterío comenzó y no paró hasta que sonó la última nota. Con “I wanna rock”, el rapero abrió su repertorio en el que haría un recuento de muchos temas populares y emblemáticos del hip hop estadounidense en los que ha colaborado, desde “P.I.M.P.” –que canta al alimón con 50 Cent– hasta el éxito pop “California Gurls” que hizo con Katy Perry.
También se tomó su tiempo para bailar “La Bamba”, misma situación que hiciera en el Festival Pa’l Norte en el 2014, a la vez que preguntó a los asistentes si alguno tenía de esa “sticky icky icky thing” para animar la fiesta. El olor a hierba no se hizo esperar.
Es evidente que Ceremonia tiene todavía detalles por salvar, pero nadie puede negar que va por el camino correcto y eso nos encanta pues es una alternativa musical más, no improvisada, ni oportunista.
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