Descompuestos, relatos únicos de gente común: un derroche de imaginación para el alma

Descompuestos, relatos únicos de gente común: un derroche de imaginación para el alma

Anécdotas, leyendas y cuentos se mezclan en “Descompuestos, relatos únicos de gente común”, una obra de teatro para toda la familia que nos pide hacer volar a nuestra imaginación para situarnos en un realismo mágico tan propio de esta parte del mundo.

En medio de la carretera un camión se ha averiado, dejando a seis personajes varados esperando a ser auxiliados.

El chofer del vehículo, una novia que huye, una chica hippie, un músico de pueblo, un ejecutivo y una anciana misteriosa, narran sorprendentes relatos que nos hacen ver cuan imperfectos somos como humanos y este insana tendencia que tenemos de ver primero lo malo en nosotros por encima de lo bueno.

Animales mágicos, niños con poderes, fantasmas y otros tantos seres aparecen en el compendio de relatos que se sirven de elementos comunes para su representación visual.

Es un hecho que todos vamos descompuestos por la vida y esta puesta en escena tiene un tierno modo de invitarnos a buscar el poder de repararnos y de buscar ayuda cuando no son suficientes nuestras fuerzas y ganas para superar las dificultades.

Se trata de un trabajo que se sirve de fábulas y narraciones para hacernos ver el daño que nos hacen los prejuicios e ideas preconcebidas y la necesidad de ser empáticos con los demás para procurar un ciclo de bondad que nos hermane.

“Descompuestos, relatos únicos de gente común” se presentará en el Foro Lucerna sábados y domingos a las 11:30 y 13:00 horas del 21 de septiembre al 13 de octubre de 2024.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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