Es difícil encontrar a alguien que no se haya enamorado de “El diario de Bridget Jones”, esa historia de una mujer que pasados los 30 años de edad no estaba viviendo la famosa crisis que se dice existe en esos momentos, sino estaba apenas intentando controlar su existencia. Era un hermoso caos.
Cuando el capítulo segundo apareció, “Bridget Jones: Al borde de la razón”, lo caótico ya no estaba ahí porque no evolucionó la fatalidad, sino que nos encontramos con una protagonista más histérica que, ante la falta de recursos para avanzar, volvió a descuadrar el rompecabezas que ya había resuelto.
Pero ahora se añade un bebé, las razones de su gestación y una mujer que vuelve a su encantadora incertidumbre, hecha un desastre a sus 40 años y con una parte de su vida superada: la laboral ¿o no?
“El bebé de Bridget Jones” representa el triunfal regreso de Renée Zellweger al personaje que dotó de calidez y energía. La protagonista ya no batalla con sus curvas y figura redonda: ahora es la edad que no le deja entender de ciclos, retornos y nuevas oportunidades.
Al igual que en la primera cinta, Jones está más preocupada por el qué dirán que por buscar lo que le hace feliz y cuando finalmente da oportunidad a la improvisación las cosas no salen como ella quisiera.
Sharon Maguire, quien estuviera en el banquillo de director en “El diario de Bridget Jones”, vuelve a ocuparlo para darle un decoroso reencuentro a la mujer con su amor imposible y soñado: el señor Darcy. Claro que, las equivocaciones habituales harán que la trama se complique pese a que es bastante evidente que, pese a confusiones, los dados del destino están cargados.
Si bien estamos alejados de la frescura de esa Bridget, el filme es entretenido hasta no más porque Patrick Dempsey y Colin Firth interpretan a dos simpáticos personajes, que sin ser bufones, son igual de graciosos ante tanta confusión que rodea el mundo de señorita Jones.
Y Emma Thompson también abona a este ritmo que convierte a “El bebé de Bridget Jones” en un digno cierre para una trilogía que quizá nunca debió de extenderse tanto.
Lo significativo es que mientras Jones se encuentra sola en escena, con chistes tontos como un baño de lodo o un canto desesperado, no hay motivos para sonreír, pero cuando el trabajo coral se adueña de la pantalla las cosas cambian.
Pese a que se prolonga de más, la tercera parte es igual de adorable que su protagonista, pero es porque Birdget volvió a ser Bridget, condición que parece haberse olvidado en la segunda entrega.
Bridget Jones’ Baby (2016)
Dirección: Sharon Maguire.
Guión: Helen Fielding, Dan Mazer, Emma Thompson.
Protagonistas: Renée Zellweger, Colin Firth, Patrick Dempsey, Emma Thompson.
Fotografía: Andrew Dunn.
Edición: Melanie Oliver.
*Artículo publicado en Azteca Noticias.
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