Steven Spielberg es sinónimo de éxito. No sólo fue el principal impulsor de los hoy llamados blockbusters, sino también un cineasta que demostró que el entretenimiento y la calidad no están peleados. Ahora, vuelve con un tema que antes le funcionó muy bien: el encuentro de un ser increíble y un infante, pero los resultados no son los mismos.
Basado en el cuento de Roald Dahl, “El buen amigo gigante” es una historia tierna, poética por momentos, pero que no funciona en los mismo niveles como lo hiciera “E.T. El Extraterrestre”, cinta que dirigiera con un guión de Melissa Mathison, hoy difunta y la misma que adaptó el texto del británico antes de fallecer.
Fiel a los trabajos presentados con anterioridad, Spielberg no cede terreno en espectacularidad visual. Un autor con sus credenciales difícilmente fallará al momento de inventar mundos y explotar su imaginación para llevarnos hasta ahí, a esos universos y mundos fantásticos. No importa que explore terrenos que no le son propios: aquí parece que ha usado el capture motion por años.
El problema es la trama, una bastante infantil y no por tratarse de una historia basada en un cuento para niños, sino porque todo ocurre y se resuelve con rapidez y no precisamente por la agilidad en la narración.
El gigante bonachón que habla de un modo simpático se encuentra con una niña huérfana y hacen clic de inmediato, todo ocurre con ellos como si se hubieran entendido toda la vida, no hay espacios para los asombros, para el acoplamiento, ni siquiera hay un tiempo de reflexión sobre el otro.
Mark Rylance, el nuevo artista fetiche de Spielberg, hace una labor destacada y llena de carisma para construir al gigantón, pero la interacción con Sophie (Ruby Barnhill) no entusiasma, parece incluso boba y no logran ocasionar ternura, pese a los esfuerzos por buscar esa conexión entre ambos.
La misma burla a la monarquía británica es blanda al centrarse en lo escatológico y dejando de lado las costumbres de las diferentes especies.
Evidentemente, el experimentado realizador no buscaba más que un relato que encantará a los pequeños e intentar alejarse del recuerdo cálido creado con “E.T.”, pero es imposible no pensar en ella y sentir que la reinvención del encuentro entre el niño y el monstruo no tiene en “El buen amigo gigante” las mejores calificaciones.
El intento por asombrarnos como niños no se concreta, quizá porque Spielberg ya nos ha apantallado con historias similares y ante productos parecidos el nivel de exigencia es elevado, aunque, sin duda, tiene muchas más virtudes que otras cinta del género que sólo buscan la risa fácil.
BFG (2016)
Director: Steven Spielberg.
Guión: Melissa Mathison.
Protagonistas: Mark Rylance, Ruby Barnhill, Penelope Wilton, Bill Hader.
Fotografía: Janusz Kaminski.
Edición: Michael Kahn.
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