El demonio neón: entre el exceso en la estética y la belleza aterradora

Fealdad. Belleza. Opuestos que en el imaginario colectivo son imposibles de entenderlos como unidad. Como el agua y el aceite: incapaces de cohesionarse. Y no obstante, Nicolas Winding Refn se atreve a decirnos que es así, que hay una mentira ahí, pero no queremos verla.

El demonio neón” es otra muestra de que al danés lo que le interesa es dejar huella, aunque para ello tenga que dividir opiniones con sus películas y sus posturas.

El estilo está muy marcado, pero nunca como ahora forman parte de un discurso en donde lo visual acapara la obra para dejar muy pocos diálogos que refuercen lo que estamos viendo.

el demonio neon review juarez gongora
Así, “El demonio neón” es la exposición del mundo del modelaje de una forma poco antes vista: las féminas son peligrosas, envidiosas, la belleza es una fachada, porque en realidad son monstruos.

Jesse (Elle Fanning) incursiona a la industria a sus 16 años, sólo para ser devorada por la misma, una carrera que no perdona el paso del tiempo, que obliga a sus integrantes a buscar la belleza, aunque sea efímera, cruel y fatal.

La envidia, la vanidad, poco a poco invaden las mentes, los cuerpos, los envenenan. El deseo y la admiración se convierten en obsesiones hasta que finalmente llegamos al punto en donde el horror aparece, debajo de todo ese brillo, sin importar que tan deslumbrante sea lo que rodea a las modelos.

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Pero, Winding Refn se extiende demasiado para llegar al punto central, tanto que para cuando el asco ya está invadiendo a los espectadores el fin llega y no queda más que un recuerdo de algo que no queremos volver a ver: el efecto nulifica la propuesta.

Claro que hay algo malévolo que asoma y destruye el glamour en el que se desenvuelven estas chicas llenas de sueños, esos sentimientos retorcidos que no terminan por explotar hasta el final y que palidecen porque la estética supera por mucho el trasfondo, no lo deja surgir con naturalidad.

Por eso es una cinta que divide opiniones, porque pasa mucho para llegar hasta ese punto en donde los monstruos enseñan su verdadero rostro y en tanto las luces, el glitter, la fama, nos ciegan y para ser realmente sorprendidos el director optó por ser brusco.

Las subtramas, pese a su poco desarrollo, son suficientes para respaldar el mundo en el que Jesse intenta despuntar, una mujer que se sabe dueña de una belleza envidiable y que no necesita aprender nada más para alcanzar el éxito. Es entonces que la estética exagerada toma sentido: la hermosura no necesita estar acompañada de cualidades, en este universo lo que cuenta es cuánto provecho se le puede sacar a lo bello.

Así, alrededor de mundos artificiales, con neones por todos lados que disfrazan la realidad de esos espacios, la protagonista descubrirá que, en su mayoría, tendrá que aprender a convivir con cuerpos y almas que no buscan idolatrar a las poseedoras de estructuras y perfiles envidiables sino absorber su esencia, como sanguijuelas, peor aún, como vampiros, ocultos en la oscuridad esperando el momento para invadir a otros.

Pero, lo erótico, los colores saturados y los claroscuros son parte de la estética habitual de Winding Refn. Lo hemos visto antes, es su forma de contar las cosas y en “El demonio neón” lo que se ve es parte del tema. Aún así, el modo visceral del retrato es lo que impedirá a algunos entender la postura cruda del cineasta y hará que otros la idolatren por tanta violencia.

Está claro que por fin la forma es mucho más directa que la sustancia y por lo mismo “El demonio neon” es más un trabajo que persigue la provocación, que busca desnudar a esas modelos que lejos de convertirse en sujetos de culto son responsables de despertar repugnancia en el espectador. Aunque, en el fondo, para alguien sin ningún talento más que reconocer su hermosura en el espejo, lo que ocurra delante o detrás de ellos no tiene importancia alguna.

Pero el tratamiento no podía ser sencillo, porque la belleza no lo es.

The neon demon (2016)

Director: Nicolas Winding Refn.
Protagonistas: Elle Fanning, Jena Malone, Bella Heathcote, Desmond Harrington.
Fotografía: Natasha Braier.
Edición: Matthew Newman.

 

*Artículo publicado en Azteca Noticias.

*Imágenes de la página oficial de “The neon demon”.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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