El año pasado vimos a una cinta animada, “Anomalisa”, confrontarnos con la soledad, en un intento sublime por unir animación con una historia que se alejara del entretenimiento infantil. Ahora aparece “La fiesta de las salchichas”, otra producción que, contraria a sus coloridas y simpáticas formas, nada tiene que ver con el cine familiar.
Y es que al igual que la mencionada “Anomalisa”, la película competirá sin duda por un Óscar en la categoría que le corresponde y no va a ganar, pero eso no importa, porque es una cinta necesaria y que se adueña del formato porque no había otro modo de poner esta historia en la pantalla grande. O igual y sí, pero no tendría el mismo impacto.
“La fiesta de las salchichas” opera por partida doble, porque por un lado es un filme en defensa (que no promotora) del ateísmo y es al mismo tiempo una bofetada para los que deciden no creer en dioses dotándose de la idea de una razonamiento superior que los lleva a tildar de idiotas a quienes no piensan como ellos.
En resumidas cuentas, en este filme se reparten pedradas por todos lados, pues el tema central es el respeto y la falta de éste ante las creencias de los demás.
Y como es obra de los creadores de “Pineapple express” y “This is the end”, uno pensaría que estamos ante un desmadre total, una orgía de proporciones babilónicas o, para ser más cercanos a la propuesta, en un bacanal donde ningún alimento quedará vivo. Y la verdad es que la propuesta es brillante.
Es humor ofensivo, negro, de ese que te saca la risa pero al mismo tiempo te hace pensar porque incomoda. Una salchicha y sus amigos buscan llegar al “más allá”, a ese lugar que les han prometido que existe al salir del supermercado y que para lograr esa meta deben de permanecer “frescos” dentro de su empaque. Todos los alimentos anhelan ese destino. Hasta que finalmente descubren la mentira detrás de esa historia y sufren antes de ser devorados por los seres humanos – dioses.
Las comparaciones son bastante claras incluso para los menos avezados, ahí su enorme logro, pues no se enfrasca en diatribas ni pretendes colocar a religiosos o agnósticos como poseedores de verdades absolutas, por el contrario, el mensaje es claro y se ayuda con el doble sentido que las mismas imágenes y personajes representan.
“La fiesta de las salchichas” comienza con tino y poco a poco va convirtiéndose en un compendio de persecusiones y encuentros que dan al traste con cierre, donde los protagonistas “terminan” como deben de terminar.
Si bien la animación no es lo más pulido del filme, el producto corre con singular alegría pues no es su interés ponerse dogmático, por el contrario, se burla de si mismo y en esa falta de seriedad expone que hay temas, como la religión, decisiones meramente personales, que no tendría porque ponerse a debate o al escrutinio de quienes simplemente no comparten puntos de vista. Algo así como cree y deja creer.
Sausage party (2016)
Directores: Greg Tiernan, Conrad Vernon.
Guión: Kyle Hunter, Ariel Shaffir, Seth Rogen, Evan Goldberg.
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