Una enorme tortuga es abierta en canal y le sacan las vísceras, en vivo y a todo color. La leyenda metió en nuestras cabezas que hay muertes reales porque el director era tan sádico que no le importaba sacrificar lo que fuera con tal de lograr la escena perfecta. Lo primero es verdad y lo segundo, no. Al menos eso declaró el cineasta italiano Ruggero Deodato ante las acusaciones en su país.
Y así, “Holocausto Caníbal” (Italia, 1980) tiene su lugarcito asegurado como uno de los filmes más polémicos de la historia.
El relato de un grupo de periodistas y camarógrafos que viajan a la selva amazónica para grabar un documental sobre una supuesta tribu caníbal -que de repente ¡zas! desaparecen sin dejar de rastro- podría parecer viejo. Un antropólogo es enviado al lugar para tratar de encontrarlos, pero de ellos sólo queda la cámara y las grabaciones.
Pero no estaba listo para las imágenes de degradación, crueldad y barbarie humana que desfilaron ante sus hijos, y no precisamente de los grupos “incivilizados” del Amazonas.
En primera, los documentalistas llegaron muy “gallitos” a la selva. Sabían que tenían frente a ellos material que los haría famosos y ricos. Recalco la palabra “material” porque nunca vieron como seres humanos a las comunidades indígenas. Para ellos eran menos que animales.
Y acá es cuando se pone bueno. Son testigos silenciosos del empalamiento y tortura de una mujer acusada por adulterio, de la muerte de su guía por mordida de serpiente, de la decapitación de un mono y del destazamiento de un tortuga por indígenas amazónicos. Fascinados y horrorizados, lo filman. Irrumpen en una comunidad, matan a los animales por puro gusto y desesperados someten a su población porque aún no encuentran su tribu caníbal.
En lo que piensan qué hacer tienen relaciones sexuales frente a ellos ¿por qué no? Se les prende el foco y deciden encerrarlos a todos en una choza, prenderles fuego, filmarlo y luego mentir afirmando que todo fue ocasionado por una tribu rival. Es tan fantástica la idea que mientras ocurre todo su actitud y palabras es de quien crea una obra de arte. Ah, y se sienten tan bien, que luego violan a una mujer. Y la cámara sigue.
Pero la tribu caníbal estaba muy cerca. Atrapan a uno, lo torturan y lo comen. Luego al otro, a la mujer la violan y destazan y ninguno hizo nada para ayudarse. Sólo filmar y filmar, hasta que la cámara cae y se escuchan gritos.
Todo esto que cuento es representado vívidamente, como a muchos cineastas italianos les gusta, el horror te llega a través de la imagen. No hay muchos respiros para el espectador ni concesiones. Cualquier amante del gore diría: “Ayy bueno, eso no es nada”, pero aquí no es un asesino ficticio ni una presencia sobrenatural. Tristemente podemos decir que es posible que ocurra, sino es que ya ocurrió porque ¿quién es más cruel, una comunidad `incivilizada´ o el civilizado con plena conciencia del bien y el mal?
Si te interesa analizar las razones de la perversidad, “Holocausto Caníbal” puede ser para ti. Si tu estómago es delicado, no te la recomiendo.