El recorrido musical por lo mejor del año cierra su veintena con los álbumes con sello internacional que aportaron más de lo que señalan sus ventas a nivel global.
Caribou – Suddenly
Tras un álbum tan completo como “Our Love” era muy complicado que el canadiense fuera igual de impactante. Su armado sigue siendo alucinante, no así el modo en que entrelaza géneros para hacernos pensar que todo ocurre y se conjunta “de repente”.
El disco podría considerarse un modo de “sacudirse el polvo” para enfrentar nuevas aventuras sonoras. Hay una gracia magistral para el entendimiento de estilos. Lo mejor se encuentra en la primera mitad.
Sacrifica espectacularidad por elegancia y eso es genial.
Shabaka and the Ancestors – We Are Sent Here By History
El saxofonista Shabaka Hutchings se rehúsa a pensar que todo buen jazz pertenece al pasado, por eso elige un camino diferente y lo acerca a ritmos sudafricanos para formar parte de la avanzada que quiere revivir el género en Europa.
Lo curioso es que segundo álbum de la agrupación se construye sobre la importancia del legado, por lo que funciona más como una máquina del tiempo que como instrumento de vanguardia.
La vuelta al pasado no es gratuita, es una forma de tratar de ir a la raíz de temas tan vigentes como la misoginia: la propuesta es simbólica, descubrir los orígenes y herencias malditas para intentar deshacerse de ellas. De lo contrario, advierten, el apocalipsis no tardará en llegar. No es un mensaje muy alentador, pero sí definitorio: o cambiamos o nos va a ir muy mal.
Rina Sawayama – Sawayama
Es más fácil decir que hace pop que pensar que su registro es tal que puede moverse a cualquier dirección sin bajar de calidad. Abrió boca con un EP que auguraba un lindo futuro y en este largo no decepcionó, por el contrario, asemeja una extensión del poder que mostró en un comienzo la británica japonesa.
Se nota la buena relación de amistad que tiene con otro ícono del pop actual, Chalie XCX, pues también puede ir de un subgénero a otro y mantenernos emocionados ante esta habilidad que tiene de combinar guitarras rugosas con metales y aún así sonar dulce.
Musicalmente es más atrevida que en lo lírico, donde algunos temas son demasiado simples, pero sobresale su sinceridad y el modo en el que quiere presentarse sin filtros, capaz del dubstep más suave hasta un soul divertido, no por eso ajeno a las problemáticas sociales que marcan la agenda mundial.
Ela Minus – Acts of rebellion
Lo de la colombiana es un logro maravilloso. Su “acto de rebelión” toma forma cuando logra “desfragmentarse” en cada uno de esos sintetizadores energizantes para generar un discurso liberador.
Del discurso estridente pasa a la melodía tranquila que bien puede acompañar un paseo por el parque, porque de lo que se trata el álbum es precisamente de conjurar todos estos momentos que pueden iniciar una revolución interna, tal cual ocurre con ella misma entre cajas de ritmos y atmósferas disímbolas.
Podemos pensar que se trata de un minimalista intento de rebelarse, por su estructura simple, cuando en realidad estamos ante un trabajo con la idea clara de que para comenzar a rebelarnos primero tiene que existir un introspección que se gesta en los momentos más inesperados. Si bien es un LP redondo, las reflexiones son más precisas cuando no hay palabras, cuando el diálogo entre oyente y composición es más “puro”.
Beabadoobee – Fake It Flowers
El grunge no murió, sólo se transformó en algo más suavecito. La nacida en Filipinas así nos lo demuestra en un trabajo que tiene toda esa carga noventera con letras atropelladas pero que son tan honestas como una bofetada.
Más cercana al llamado pop punk que a los nombres más sobresalientes de la escena independiente de comienzos de los 90, esta mujer suena mejor sin palabras, pues sus lamentos son demasiado genéricos. Sin embargo, tiene todo el arrebato propio de una joven que se niega a seguir con la fórmula trazada hoy, aunque para eso recurra a lo que dejó enormes glorias ayer.
Pero es así como ha ocurrido siempre: la reinvención de un subgénero o su apropiación por parte de las nuevas generaciones requiere siempre de una llama que inicie el incendio. Eso es lo que entrega la también británica con estos reclamos, un trabajo que augura un brillante futuro. De momento funciona perfecto como máquina de hits.
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