Lun o el disparate que es la vida

Lun o el disparate que es la vida

A sus 4 años Lun sabe muchas cosas. Es raro que una niña tenga tal sabiduría. Y es extraño que la puesta en escena parezca una obra teatral infantil. Y tiene hartos disparates y sus momentos extraños y tremendas dudas existencias y groserías y, y, y…

¿Entonces, es teatro infantil?

Pues sí. Porque los niños en algún momento han de perder su inocencia. Y su mundo suele ser más amplio que el de los adultos porque usan su imaginación para explicarse muchas de las cosas que no comprenden. Como en los sueños.

Lun es una apuesta que parte del absurdo para explicarnos cómo vamos acumulando recuerdos, desdeñando algunos y conservando otros, no precisamente porque nos sean gratos, sino porque nos marcan de alguna forma.

Por eso Lun, en apariencia una infante, quiere entender de qué se trata la existencia, y para ello recurrirá a los números, a las palabras, a la música y otros tantos elementos con los que convivimos día a día.

Parece un sin sentido, pero tiene más sentido que muchos otros trabajos que presumen de existencialidad sin que realmente reparen en lo que pasa conforme vivimos.

Aunque en principio no lo parezca, es un trabajo lleno de ternura que aborda por igual la capacidad de asombro como el peso de la edad y los estragos que ocasiona la demencia senil, con mucho respeto, cariño y de forma lúdica.

Cuenta con las actuaciones de Félix Vanessa, Jesús Díaz, Diego Santana, Mónica Magdiel, Mel Fuentes, Nohemí Espinosa y Aldo Estrada.

La obra se presentará del 21 de febrero al 3 de marzo, (excepto el 25 de febrero), en el Teatro Benito Juárez, ubicado en Villalongín 15, Col. Cuauhtémoc.

Fotos: Juárez Góngora

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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