¿Cómo hacer frente a la tragedia cuando no tiene piedad contra nosotros? “Manchester junto al mar” no intenta dar respuesta a la incógnita, pero sí presenta la postura heroica de un hombre que decidió seguir viviendo aunque los fantasmas de los errores le persigan cada vez que respira.
Y es que todo ese mar, todo ese frío, esos grises que son tan propios de Manchester, Massachusetts, representan el interior de Lee Chandler (un fenomenal Cassey Affleck), un hombre que deberá convertirse en tutor de su sobrino luego de que su hermano fallece y no hay ni un solo pariente más que pueda hacerse responsable.
Kenneth Lonergan construye una adaptación devastadora, pero sutil, pues no pretende convertir su filme en un ir y venir de lágrimas y culpas. Ciertamente hay mucho dolor que sanar, pero no es el misterio que ocasiona la amargura del protagonista el motivo de la película, una que tiene tintes de thriller, de melodrama, pero no es nada de eso. Ya dijimos que es una tragedia.
Y es así porque estamos ante personajes llenos de dolor, miserables en su existencia, valientes porque intentan seguir pese a que los recuerdos les carcomen el alma. Por una parte está el joven cuyo padre desaparece y que se niega a cambiar de vida pues tiene muy claro ese plan para que su pesar no le derrumbe. Una mujer que debe de lidiar con el amor que siente por su expareja, esa que odió tanto y a la que nunca pudo superar. Y está Lee, un auténtico autómata, el personaje que respira por inercia, porque ya no entiende de metas, objetivos o sueños.
Manchester es Lee y viceversa. Ese pueblo no es un personaje más, es el mismo protagonista negando su pasado, batallando con un frío intratable que le congela el alma. “Manchester junto al mar” es sin duda una de las películas más tristes de la temporada.
Es desgarradora y ese dolor se va dibujando poco a poco con una serie de finos flashbacks y suavizado con esos momentos de complicidad entre tío y sobrino que permiten un respiro al espectador, pues Lonergan consigue hábilmente adentrar al espectador en la destruida existencia de un tipo cargado de remordimiento, enojado con la vida y deseoso de liberar su coraje.
El montaje de Lonergan es virtuoso. El ritmo del filme podrá sentar pesado a quienes acostumbran un Hollywood más vivaz, pero, ¿acaso alguien diablos cree que las penas se curan en un tris de dedos? Nada más acertado que ir paso a paso descubriendo el enorme peso que Chandler carga encima.
Cinematográficamente, “Manchester junto al mar” da cátedra cuando se trata de ocupar espacios, momentos y secuencias para involucrarnos con el sentir de los protagonistas. No es una cinta que exalte el espíritu: es dura, pero poderosa.
El director no juguetea con el dolor, es simplemente un hábil fotógrafo, uno que sabe identificar bien los ángulos que nos llevan a empatizar con el hombre que sufre.
Manchester by the sea
Dirección y guión: Kenneth Lonergan.
Reparto: Cassey Affleck, Ben O’Brien, Michelle Williams, Kyle Chandler.
Fotografía: Jody Lee Lipes.
Edición: Jennifer Lame.
*Texto publicado en Azteca Noticias.
*Imágenes tomadas del sitio oficial de “Manchester by the sea”.
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