A una semana de que se den a conocer los nominados al Mercury Prize 2015, presentamos algunos de los discos que podrían estar en competencia, tanto por su calidad musical como por mero gusto, pues en esto de las posibilidades y los listados la subjetividad se impone.
Desde 1992 se otorga este galardón que nació como alternativa a los Brit Pop. En aquel entonces fue establecido por la Asociación Británica de Discografías para premiar a la mejor impresión musical de Irlanda e Inglaterra.
Por lo general son más de 10 los álbumes que contienden, pero ahora sólo enlistaremos a cinco y uno que podría ser de esas menciones para aplaudir un esperado retorno, como ha ocurrido en nominaciones anteriores.
Jamie XX – In Colour
El segundo álbum en solitario de uno de los integrantes de The XX no podía ser más afortunado: un disco dividido entre sonidos bailables, muy acertados para la pista y otros al puro estilo de la banda en donde crea: introspectivos y calmados, como para escuchar en el sillón mientras se fuma algo, lo que sea.
Laura Marling – Short Movie
La crítica la quiere. 2011 fue su año en su tierra natal y ahora pudiera repetir con su fresca propuesta que se niega a las etiquetas. ¿Es pop, folk, indie? No importa. Lo que hace es fantástico porque no obedece a los cánones de la industria, sino a su estado de ánimo. De ahí que su quinta placa muestre a una guitarrista cabreada que lo demuestra en sus letras pero contrasta con su sonido.
Ghostpoet – Shedding Skin
El hip hop, ese género que no suele alcanzar la gloria en esta contienda, podría tener una oportunidad con el segundo LP del londinense. Su estilo, más en el ánimo del contador de historias que en el de un entonado intérprete, embona perfecto con el modo de ciudadano del mundo, hablando de la calle con anécdotas que ocurren por igual en Europa que en África.
Florence + the Machine – How Big, How Blue, How Beautiful
Más poderosos. Así suenan los británicos en esta nueva impresión, lo cual no significa que sean más ruidoso. Al contrario, supieron administrarse. Desde varios temas con demasiada energía hasta dos, tres descansos que permiten disfrutar más su estilo, ese que los hace estar en la cumbre de los músicos consentidos de la industria sin ser complacientes y confundirse con el montón.
Wolf Alice – My love is cool
Otro que dicen que es folk. Pero es más cercano al pop pese a algunos guitarrazos. Y es pop del bueno. En el repaso de los temas podremos encontrar notables influencias, pero lo londinenses tratan de hacerlo sin sonar a fusil y lo logran sin lograr el disco del año, pero sí uno bastante decente y creativo como para ponerse por encima de las placas pop del 2015.
Blur – The Magic Whip
El regreso del año. Incluso de la década –para algunos-. Su nominación estaría más ligada al sentimentalismo de una banda y un Damon Albarn que nos han regalado gloriosos momentos musicales. Y es que por un momento pensamos que el disco vendría cargado de toda esa experimentación que ha propuesto su líder pero en lugar de ello nos topamos con temas cercanos al Blur más mediano. Ahora ¿es un desperdicio? No. Pero al parecer los británicos se fueron a lo seguro y sólo por eso podrían alcanzar una nominación que no se ve por dónde pudiera alzarse con la victoria.
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