Tim Burton fue durante un tiempo el realizador “raro” de Hollywood por excelencia. No cabe duda la herencia cinematográfica que dejó al convertirse en el director que sembró la idea de que se podía explotar lo desconocido de un modo atractivo, sin hacerlo aterrorizante o repulsivo. Esta virtud se ha convertido a la postre en una especie de maldición. Y no porque deba de cambiar sus modos, sino por el riesgo y la constante reiteración de los temas que le rondan por la cabeza. Como si no hubiera nuevas cosas que contar.
Eso ocurre con “Miss Peregrine y los niños peculiares”, un singular mash up en donde vemos todas la pesadillas ya ocupadas por Burton para la creación de sus universos, adicionada con elementos que le vimos en sus inicios pero con menor fortuna.
Y es que no sabemos si fue primero el huevo o la gallina. El escritor Ransom Riggs desarrolló una trilogía donde narra las aventuras de un grupo de marginados que son protegidos por una especie de institutriz que posé la capacidad de transformarse en un ave. Entonces, tenemos a unos chicos con habilidades especiales y/o súper poderes que se cobijan al abrigo de una mentora que les permite sobrevivir y explotar sus cualidades. No. No son mutantes. Tampoco son dioses o superhéroes. Son chicos peculiares.
Sí, Riggs se nutrió de lo que ahora impacta a la cultura popular para desarrollar su idea y muy probablemente también de la escuela “burtoniana”, ésta donde lo raro no es feo, lo grotesco no tiene por qué ahuyentarnos. Donde lo marginado es cool.
Independientemente de los resultados literarios de la obra de Riggs, lo que Burton realiza se aproxima un tanto a lo que previamente sacó de su mente, de ahí que veamos variadas referencias a sus obras anteriores, con la misma dosis de misterio, apartado en donde mantiene la mano intacta, pues la trama de “Miss Peregrine…” es envolvente y la ambientación fantástica. No así el desarrollo de las personalidades de sus niños peculiares.
Se aborda muy a la ligera quiénes son estos chicos, qué siente, cuáles son sus intenciones, lo que tienen en mente y en el corazón. Claro, el protagonista se lleva todas las luces mientras que el trabajo coral es débil, porque entre tanta rareza poco se aborda sobre los orígenes y hay poco espacio para la empatía.
No es que la genialidad de Burton se haya ido: hay varios momentos gratos, en donde demuestra que nada en aguas conocidas, pero la personalidad de estos pequeños queda de lado, quizás porque en cada uno existe ya una problemática abordada con anterioridad en alguna de sus películas. Los nuevos públicos merecen saber de inicios y no ser una producto sólo para los entendidos en las formas del californiano.
No. No queremos que nos expliquen la magia o la fantasía. Burton es sinónimo de eso. Son pocas las producciones en donde no se ha permitido abordar esos espacios. Es lo que mejor le queda: alucinar, volar, construir otros mundos, lúgubres, pero nuevos. Es el maestro del amable retorcimiento mental y escrudiña en su interior para adoptar a estos chamacos segregados por ser diferentes.
Las mismas escenas de enfrentamientos se ven fuera de ritmo, incluso desangeladas, como un burdo homenaje al clásico “Jasón y los Argonautas”, pero sin alma, como los esqueletos que combaten a los monstruos que acechan a los pequeños protagonistas.
Hay una vuelta de Burton en sus mejores tiempos a medias, porque la película cae en emociones para cuando las cosas tienen que resolverse, porque los enfrentamientos finales son apresurados y debido que no hay oportunidad para los misterios, para desvelar lo que está detrás, simplemente para que haya un cierre que permita, quizás, seguir explotando la historia de los chamacos fantásticos, no sabemos si siempre con el de California en el banquillo de director.
Claro que es entretenida, el mensaje de aceptación sigue siendo el punto fuerte del cine de Burton y para desarrollarlo pocos con la capacidad tan “colorida” para hacerlo. Lo triste es que en otros terrenos seguimos esperando que aparezca la genialidad que vimos en “Ed Wood”, “El hombre manos de tijera” o “Batman”. Y todavía no llega.
Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children (2016)
Director: Tim Burton.
Guión: Jane Goldman.
Protagonistas: Asa Butterfield, Eva Green, Samuel L. Jackson, Ella Purnell.
Fotografía: Bruno Delbonnel.
Edición: Chris Lebenzon.
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