Considerado como uno de los pensadores más importantes para entender los efectos y consecuencias del siglo XX, Zygmunt Bauman (Polonia, 1925) ha muerto el día de hoy. Padre de la “modernidad líquida“, analista de la situación política contemporánea, pensador sobre los cambios comunicativos que vivimos, sin duda uno de los referentes intelectuales del mundo contemporáneo.
Su obra, publicaciones que contienen una serie de ensayos y reflexiones en torno a los vínculos sociales, su fragilidad y cambios, sobre la crisis del Estado, el impacto de las redes sociales o las relaciones políticas internacionales quedará para el estudio, análisis e interpretación.
Es la “modernidad líquida” concepto que vio la luz al principio de la década de los 90s y uno de sus aportaciones más reconocidas, es una interpretación que analiza los cambios sociales que vivimos en el mundo globalizado, conectado e hipercomunicado, analogía que dibuja el paso del estado sólido que regía a la sociedad con reglas, normas, instituciones y categorías sólidamente instaladas a un cambio líquido en el que el devenir comunicativo cambia la atención, los intereses y las necesidad, ubicándose en primer término la necesidad de consumo y de sobrevivencia en un entorno capitalista de alta demanda.
Esta idea también ha servido para explicar los cambios en los vínculos humanos, como es el caso de las relaciones, así como los procesos políticos contemporáneos, lo cual expone en su último libro “Estado de crisis” (Páidos, 2016) un ensayo escrito a cuatro manos junto a Carlo Bordoni.
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