Ponle play: discos nuevos de Cookiez, Dromedarios Mágicos y Kygo

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Cookiez – Recién Horneadas

No es reguetón, no es hip hop, tampoco pop. Lo que hacen estos regios es un poco de todo y se asemeja a aquella frase de la película “Forrest Gump”: la vida es como una caja de chocolates… sólo que aquí sería un paquete de galletas y cada rola es una sorpresa.

Se trata de un EP alegre. Aunque se acerca mucho a los sonidos de moda, hay un esfuerzo por ir más allá y la propuestas es más entretenida que aquellas que proponen algunos ritmos modernos que se venden como divertidos y no lo son.

El conjunto no necesita decir que se la pasa bien, lo escuchamos, lo sentimos y lo transmiten. Sin embargo, no estaría mal ser más arriesgados en lo musical, porque en las letras se saben salvajes y así lo presumen.

Dromedarios Mágicos – Subcampeón

Diego Puerta podía sin problema seguir en lo mismo, pues es poseedor de un folk hipnotizante y una habilidad asombrosa para platicarnos de esas cosas que nos pasan a todos, en diferentes edades. Pero no. Decidió arriesgar y el resultado es uno de los álbumes mexicanos más completos de este caótico 2020.

Por eso la magia de estos “mamíferos” se escucha refrescante, innovadora, ya no suena al cántico de un solo hombre armado con una guitarra. El proyecto ha madurado, ha sumado y se escucha en este variopinto compendio de honestidad.

Las colaboraciones le sientan de maravilla. Aunque en el joven Puerta sigue siendo el eje, los acompañamientos no son forzados y van en el mismo sentido de unión que propone este trabajo. Ese es el espíritu de este disco, el del esfuerzo coordinado que algún día, quizás, nos permita hablar de un campeonato y no de un segundo lugar. Aunque esta placa, definitivamente, no se escucha como comparsa, sino como un triunfo.

Kygo – Golden Hour

El noruego se puso “tropicoso”. Suena extraño, pero es real. Su estilo house es ya extremadamente reconocible y aquí no le da descanso, sino que lo exprime hasta el último beat.

Si bien hay mucho baile, no pierde oportunidad para ponerse reflexivo e incluso dar descanso (como si estuviera mezclando en vivo) para reponer energías y preparar los pies para un segundo jalón de gozo.

No se complica aunque tampoco por eso se va por el camino fácil, simplemente depuró esa forma de hacernos sentir como si estuviéramos en una gran festejo cobijados por palmeras y mar. Un logro en estos tiempos que han pasado días en los que apenas nos pega la luz del sol ante el confinamiento.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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