Pixeles: el ya viejo truco de vender nostalgia con humor simple

Cuando has visto un filme protagonizado por Adam Sandler prácticamente los has visto todos. Hay honrosas excepciones, dos, si acaso, pero las hay. Sin embargo, el hombre ha patentado su forma de hacer comedia. El escenario puede ser Marte, la jungla, donde sea, el formato siempre será el mismo y es lo que pasa tristemente con Pixeles.

Uno pensaría que tener a Chris Columbus en el banquillo de director nos daría algunos momentos divertidos, al menos, algo cercano a sus exitosos como escritor de películas de los 80. Vamos, aunque sea un poco de ese primer episodio fílmico que dio inicio a la saga de Harry Potter. Pero pesó más el estilo Sandler.

Pixeles parte de un cortometraje bastante simpático en donde una raza alienígena invade el planeta en forma de los populares videojuegos que hicieran que muchos dejáramos decenas de monedas en las arcadias mucho antes de las consolas caseras y de su invento más arcaico pero masivo: el Atari.

En formato pequeño funcionó muy bien, pero para hacer un filme de hora y 40 minutos tuvieron que ponerle una historia y un héroe que salvara el día.

Lo de Sandler es la mina de oro, porque siempre hace lo mismo e igual son las recaudaciones en taquilla: un tipo de inteligencia promedio pero de buen corazón que busca la redención ante un pasado que le mortifica. Al final salvará el día -no importa la situación, lo hará-, besará a la chica que se resiste y que va cediendo poco a poco y todos serán felices.

Sumémosle algunos detalles como que siempre aparecerá alguien del reparto cantando un tema musical añejo, que hay un villano o contraparte que entenderá que actuó mal y hará migas con los protagonistas y que aparecerán animales o seres que fungirán como patiños.

A momentos la fórmula tuvo buenos dividendos, pero luego se convirtió en la predecible marca de su creador, ocasionando bostezos, hastío y enojo, salvo que seas fan de lo que hace el comediante.

Pixeles prometía algo diferente por los nombres involucrados, pero no es así. Por el contrario, vemos una cinta llena de gags forzados, que apela a la nostalgia de quienes tuvimos callos en las manos por culpa del joystick pero que no consigue emocionarnos, si acaso alcanza para una exclamación, una sonrisa, por aquellos videojuegos que ya nadie pela y cuyo único reta obtener el puntaje más alto.

Pac-Man y Donkey Kong aparecen si acaso 5 minutos en el filme -cada uno por separado- y son más carismáticos que los personajes de Sandler y Kevin James. Claro, sabemos que estamos ante una broma, porque de otro modo no se entiende que el de Nueva York interprete al presidente de Estados Unidos.

Si se hubiera construido como una parodia, quizás otro resultado se habría obtenido, sin embargo, la cinta realmente busca que estos gamers salven al mundo, un planeta en donde evidentemente no hay videojuegadores en otros países y donde el estereotipo del nerd copia de modo burdo lo visto en serie de televisión como The Big Bang Theory.

Una cinta para pasar el rato en donde todo lo mostrado se ha visto antes, en esencia, pues rescatar a los videojuegos de antaño para ponerlos a aniquilar el mundo era muy atractivo en el papel, pero, se quedó ahí, enterrado como un cartucho pésimo al estilo del E.T. de Atari.

Pixels (2015)

Director: Chris Columbus.
Protagonistas: Adam Sandler, Kevin James, Peter Dinklage, Michelle Monaghan.
Guión: Tim Herlihy, Timothy Dowling.
Fotografía: Amir Mokri.
Edición: Peck Prior, Hughes Winborne.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.