Ponle play 2023: discos nuevos de Rococó, The Drin, Oozing Wound

Ponle play 2023: discos nuevos de Rococó, The Drin, Oozing Wound

Ponle play

Rococó – No me sale querer

Los madrileños establecen con este trabajo que “el querer” no simplemente va ligado a un intento de relación sentimental, también están estas otras tantas cosas que decidimos no hacer u actos omisos por una postura desidiosa.

Lo que traen los españoles ahora es un compendio de canciones súper sinceras y que van directo al grano: no quiero.

Quienes en su momento fueran nombrados los Blink-182 de España se han desmarcado por completo liricamente de la comparación en este compendio de canciones que usan para sanar, mas que para reclamar.

The Drin – Today, my friend, you drunk the venom

Los de Ohio juegan con las melodías para hacer una proyección de su mente sombría, en un intercambio raro de modos post punk y un pop oscuro.

Funciona como una fuerza de atracción, porque terminas enganchado con su modo de hacer música, aunque para acercarte a ello primero te atrapan con sus letras y el clásico ¿de qué están hablando?

Son fieros y hasta engreídos, o es que acaso la apuesta es mostrarnos que están hartos de tantas sombras y por lo mismo necesitan presentarnos, emocionalmente, cómo es que conviven con ellas.

Oozing Wound – We cater to cowards

Cuando el grunge comenzó algunos dijeron que era una especie de “metal suavecito”. Y no, eran canciones apropiadas para el headbanging, con la fuerza de quien necesita expresar su inconformidad mientras expone sin tanta metáfora, el motivo de su enojo. Y es lo que los de Chicago intentan con bravura.

Sin llegar a ser trash del todo, aplican una muy buena dosis del mismo para contarnos esta historia de tipos que luchan por prevalecer en un entorno hostil.

¿Son una broma? No, pero es notorio que no necesitan esforzarse para saber que su sentido del humor retorcido nos hace tomarlos en serio.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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