Imagen: RTVE

Ponle play: discos nuevos de Ásgeir, Wolf Parade y Mistery Jets

Ponle play

Mistery Jets

Los británicos comienzan a hacer ruido para la llegada de su nuevo LP y precisamente llenan de melodías esperanzadoras este EP con el que parecen anunciarnos que enfrentaremos una entrega muy espacial.

Su primer corte nos hace pensar en un trabajo que llegará con un tanto de psicodelia al modo en el que abundaba en los 70. Lo que no queda muy claro es si vendrá acompañado del retrato social que formó parte del movimiento musical en aquellos tiempos.

Lo que sí asoma sin disimulo es que habrá mucho amor para repartir, aunque se pierda un poco entre estridencias y guitarrazos. Pero no importa, esta banda sabe bien cómo equilibrar ambos mundos.

Ásgeir

El folclor islandés suena muy natural y cálido en las cuerdas y vocales de este hombre, quien ha sabido encantar a la industria con la fusión que logra entre la tradición de su tierra natal y los sonidos alternativos modernos.

Los arreglos de viento sientan bien a un canto que no comprendemos del todo pero sabemos que evocan tiempos de esperanza, toda vez que nos ha dicho desde que su carrera despuntó que para componer prefiere el aislamiento.

Que ya haya encontrado “su sonido” no le impide experimentar con nuevas formas. Este brío da a su último trabajo una contudencia amable y evocadora.

Wolf Parade

Vuelven con mucha fuerza pero la fórmula se nos presenta un tanto desgastada.

Que en lo musical se aprecie cierto estancamiento no resta potencia a sus ganas de señalar las carencias sociales que atravesamos, por lo que siguen en la línea de remarcar todo el tiempo su postura en temas polémicos, incluyendo la política.

El new wave ochentero que se predomina en esta placa lo hemos escuchado siempre, no es moda, es ahí donde su veteranía los engrandece pero al mismo tiempo perjudica: saben bien el negocio, pero no parecen dispuestos a alejarse de la zona de confort.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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