Ponle Play: discos nuevos de Beth Gibbons, Bon Jovi y Wiranda Johansen

Ponle Play

Beth Gibbons – Lives Outgrown

Pues es que a esta mujer no se le acaba la magia y hace un disco sobre envejecer que aborda el dolor y las pérdidas conforme los años pasan, así como esos minutos de resignación cuando llegan etapas como la menopausia.

Su acústica cercana al flok permite un tono más íntimo en este recuento de experiencias y reflexiones sobre lo que ha quedado atrás, en medio de un compilado de melodías etéreas.

Su mezcla de jazz y cuerdas sentidas hacen de este trabajo uno de los más variados y placenteros del año; un recorrido emocionante sobre lo que hacemos a cierta edad para enfrentar los vacíos.

Bon Jovi – Forever

Al parecer lo que necesitábamos (y él también) era reconocer que esos días salvajes quedaron atrás y en este ejercicio de sinceridad finalmente encontramos a un letrista que ya no persigue la eterna juventud, sino simplemente disfrutar su legado al tiempo que reflexiona sobre el tiempo transcurrido.

Totalmente tirado al rock de estadio, la banda ofrece un disco lleno de nostalgia y que comulga perfecto con las estructuras del apartado “adulto” al que ingresaron desde hace mucho.

Y luego vienen esas baladas forzadas que no necesitamos pero que su público sigue pidiendo, aunque carezcan de emotividad.

El retorno de la banda es emocionante como para pensar en volver a verlos haciendo sus grandes éxitos e insertando uno que otro de estos temas en un ambiente de camaradería, porque a eso suena este trabajo, a un reencuentro de amigos que comparten vivencias.

Wiranda Johansen – Querido Diario:

Un viaje variopinto entre romances y emociones exaltadas es lo que trae bajo el brazo la de Buenos Aires, en una nueva apuesta por tratar de entenderse y de paso comprender de qué va este mundo en el que vivimos.

Se trata de un trabajo que nos llama a reconocer las derrotas, purgarlas e incluso lamentarse a lágrima suelta por los tropiezos si es necesario, pero sin dejar de bailar y mover los piecitos.

Lleno de melodías dulces y confesiones, su tercer largo es un paseo por sus sentimientos más íntimos entre hartos sonidos pop.