Ponle play: discos nuevos de Charlotte Adigéry & Bolis Pupul, Sofi Tukker y Florence + The Machine

Ponle play

Charlotte Adigéry & Bolis Pupul – Topical Dancer

Este par de belgas se conoció en Tinder y tiene mucho sentido que su música no pretenda ser una reflexión densa sobre nuestros tiempos, es más un tech house que pretende divertirnos mientras se burla de la situación social actual.

Razas, preferencias sexuales, abusos de todo tipo conforman el apartado de mensaje social que el dúo desarrolla con modos que nos recuerdan a aquella movida francesa que vio nacer proyectos tan diversos como fugaces en el ámbito electrónico.

En la medida que el absurdo es más notorio el discurso se torna más crítico, en un debut energético que no nos permite dejar de movernos.

Sofi Tukker – Wet Tennis

La felicidad que les caracteriza vuelve un tanto más dosificada, repartida para armar una fiesta mundial con tintes tropicales, aunque se han medido en ese aspecto para esta nueva entrega.

Que el disco cierre de un modo menos energético no le resta pero sí contrasta demasiado con la algarabia con la que inician, con canciones de menos de 3 minutos que van directo a nuestros sentidos primarios para invitarnos a gozar.

El álbum queda entre azul y buenas noches, porque no retroceden en ánimos y siguen con esa vitalidad que arma reventones de agasajo, pero tampoco se nota que busquen ir más allá de los formatos que les han traído gloria.

Florence + The Machine – Dance Fever

La señora Welch convierte su quinto largo en el más personal de su discografía, en un trabajo que transmite paz entre tanta de esas atmósferas que mágicamente sólo ella sabe crear.

Aún así, musicalmente cae en una suerte de letargo para la segunda mitad del disco, como que pierde potencia, no se siente igual esa instrumentalización que nos pone la piel de gallina cuando la mujer abre la boca y se fusiona con las cuerdas.

Ganamos al conocer un poco más de esa intérprete que nos hace vibrar, es un álbum conmovedor y que parece purgar los efectos de los confinamientos. Pero le falta ese toque explosivo que siempre incluía en sus trabajos, sobre todo al cierre, en esos intentos gratos por hacer monumental lo que ya de por sí era grande.