Ponle play: discos nuevos de Curtis Harding, Robert Plant y Grita Lobos!

Grita Lobos!

Muchos se ha hablado de la vasta cantidad de músicos que han colocado a Chile como el principal exportador actual de música pop de alto nivel en el área latinoamericana, pero en Perú no se quedan atrás y se presumen más experimentales que nunca con lo que arroja en su segundo largo el productor limeño.

Guitarras distorsionadas y ambientes claroscurso son la carta de presentación de una placa que se revuelca en sonidos de antaño y se mezcla de modo peculiar con el dark wave.

Si bien las atmósferas enigmáticas dominan en este trabajo, los momentos meramente bailables son simpáticos guiños al psycho noventero que ya no suena más.

Robert Plant

Es de los pocos músicos que tras salvar el peso de su participación en una agrupación emblemática han optado por no repetirse.

Es un álbum que transmite paz y calma, muy lejos del poder y ese blues desenfadado que nos regaló en su etapa Led Zepellin.

Hoy por hoy, la estampa del rockero duro, de riffs potentes, se hace a un lado para presentar a un músic elegantes, fino y con muchos temas que se inclinan hacia los sonidos dulces, no en un rollo cursi, sino para explorar caminos hasta donde su limitado rango vocal le permite. Pero musicalmente es un sabio y como tal busca alcanzar nuevas metas.

Curtis Harding

Un soul tan antiguo que suena a modernidad. El excorista de Cee Loo Green dota de frescura el género pero sobre bases del más puro estilo posguerra.

La producción está lleno de detalles electrónicos y arreglos que permiten un contraste sumamente agradable. Estamos ante un tipo que está dispuesto a volver a la básico sin olvidar que estamos en el siglo XXI.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.