Ponle play: discos nuevos de Gary Numan, Bala y Rostam

Ponle play

Rostam – Changephobia

Un engañoso saxofón en primer plano nos pide pensar en el jazz (y el pop) de otra forma: como una hoja que se lleva el viento, así la experiencia que nos ofrece el ex integrante de Vampire Weekend.

Sin embargo, estas ansias por explorar alientos de ensueño se entorpece con piezas que parece una continuación de la anterior o, peor todavía, una copia. Son 12 canciones pero el disco bien pudo ser un EP más contundente y menos relleno.

Monótono por momentos, este trabajo logra notables minutos cuando se centra en la incertidumbre, a la cual enfrenta de manera categórica, aunque termine repitiéndose a ratos en su insistencia al centrarse en la decadencia.

Gary Numan – Intruder

Hay discos que duelen si se les presta la atención debida. Es el caso del “intruso” de este legendario ícono de la música electrónica, que no centra el discurso en desamores o fracasos cotidianos, sino en el hartazgo de una comunidad global que tiende a la autodestrucción.

Sin abandonar su tradicional tono sombrío, el inglés hace un repaso por esas melodías que han caracterizado su discografía durante más de tres décadas de hacer música y adentrado en el new wave analiza el cambio climático como si se tratara de la Tierra, con esas ansias de mandar al carajo a la humanidad ante tanto daño.

Hoy que la palabra “virus” está en boca de todos, vale la pena acercarse a este discurso en el que es evidente que hoy nosotros somos el virus que está destruyendo el organismo verde en el que vivimos.

Bala – Maleza

Como un trueno este par de gallegas invita a la rebeldía en este metal sustancioso y con mucho más matices de los que parece en una primera escucha.

Y tienen motivos de sobra para tanta furia, sobre todo ante la mirada inquisidora de una sociedad que no quiere entender razones o ponerse en los zapatos del otro. El hardcore punk rasposo une guitarras y voz para simular un grito de hartazgo que suena potente.

No es escándalo, son letras y estridencias muy bien pensadas para hacernos notar que el verdadero escándalo es la complacencia con que puede la comunidad actual hiperconectada dejar salir sus juicios más instigadores y con poco sustento.