Imagen: Puente Libre.

Ponle play: discos nuevos de Gudrun Gut, Torres y El Tri

 

El Tri

Es real que el espíritu contestatario de Alex Lora sigue ahí, pero no ha envejecido con gracia. Nadie les quita el estatus como banda pionera del rock nacional, pero desde hace años les ha dado por cantarle a cualquier cosa, del mismo modo, en la misma tonada y en ese sentido, su disco 50 no cambia en lo más mínimo.

El título del álbum da fe de esas ganas de permanecer sin modificaciones, ya que no buscan llegar a las nuevas audiencias, ni siquiera renovar su sonido. Hacen música para la banda que les sigue sin poner peros y si el resultado es una copia de la copia de la copia, a ellos les vale madre.

Y quizá las letras se refieran a la actualidad que vivimos como país, pero en la melodía sigue siendo El Tri de siempre. Para bien o para mal.

 

Gudrun Gut

Un álbum hay que se le debe poner muchísima atención para comprender a detalle que estamos ante un trabajo poco convencional que no persigue dominar el mainstream, sino contar historias con muchos beats de fondo que dan cuenta de una situación, estado de ánimo o ritmo.

Como si de un audiolibro se tratara, lo que nos cuenta se va hilvanando sin importar que se trate de una referencia a una opera de Wagner, lo que ocurre en el aeropuerto de Estambul o cualquier otra situación que la artista canadiense de la palabra Myra Davis hace a bien señalar.

 

Torres

Muchas programación, mucho sintetizador y harta sensualidad ofrece Mackenzie Scott en su tercer largo.

No es un disco feminista, sería un exceso afirmarlo, pero sí un álbum que aborda el empoderamiento femenino desde el cuerpo, por tanto es una placa llena de “carne”, de letras que buscan el reconocimiento del cuerpo como centro del placer, despojándose de pudores para entrar en un viaje donde el fin último es aceptarse.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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