Ponle play: discos nuevos de Joan as a Police Woman, Lady Gaga y Hinds

Ponle play

Lady Gaga – Chromatica

Regresó a la “locura”. Pero es un retorno tibio si tomamos en cuenta el esfuerzo que le costó ser tomada en serio por encima de producciones rimbobantes y estrafalarias. Aunque viene recargada no significa que esté en la misma sintonía que años atrás. Aquí parece dispuesta a mostrarnos los diferentes “colores” del rock pop en un viaje ácido por escenarios que por si solos desbordan psicodelia.

Lo que tiene a favor este nuevo trabajo es que la mujer se reconoce así misma como su peor enemigo, en todos los sentidos, tanto al acceder a caprichos como al querer ir más allá para desmarcarse de la imagen de víctima ante su perturbador pasado.

La señorita Germanotta explora aquí todo aquel debraye que nos acerque al pop europeo, a lo italodisco y al vértigo de una pista de baile llena de luces y arreglos fantasiosos. En ese aspecto el disco es un recorrido alucinante, no por su calidad, sino porque la cantante nos invita a dejarnos llevar hacia otro lugar, donde no pensemos tanto en la abrumadora realidad de ahora.

Joan as a Police Woman – Cover Two

La continuación de “Cover” se siente equilibrada y natural. No hay un intento por reinventar temas populares en este homenaje. Suena a una tarde cálida con amigos en el que decide cantar esos temas que nos representan algo especial, sin tanto efecto y de un modo sincero.

No. No hay innovación, pero tampoco alarde de algo más que un repaso calmo de esas letras y melodías que nos han acompañado en un momento de nuestra vida a modo de soundtrack.

Las rolas son de otros, pero se apropia de ellas con respeto para darles un toque tan personal que pareciera las ha cantado toda la vida, en diferentes etapas y circunstancias.

Hinds – The Prettiest Curse

Es chingón cuando un grupo intenta descubrirse por nueva rutas sin perder su esencia, porque significa que va conformando poco a poco un estilo que logre diferenciarle de los demás. Las madrileñas hacen precisamente eso sin el temor a lo que dirán quienes odian su predilección por lo errático. Y aunque extraño, el resultado es adorable.

Y es así porque no les cuesta meterse en la movida ochentera española con un desgarbo que las desmarca del homenaje para convertir la placa en una especie de exploración. El mensaje duro y directo continúa, pero ahora con combinaciones coreables y un vestido dulce.

Todavía quieren tumbar el modelo machista, eso se escucha. Pero optaron por no gritar esta vez. Incluso con ese audio lo-fi y momentos líricos inentendibles, nos hacen saber que siguen en pie de lucha, sólo que ahora dosifican sus esfuerzos para pulir otros modos de hacerlo.