Ponle Play
Kaytranada – Timeless
El productor haitiano-canadiense aprovecha su actual estatus de figura mundialmente conocida para sumar voces a un proyecto que busca ser atemporal y que ofrece grandes dosis de alegría.
Hay un tremendo despliegue de melancolía mientras que se anima a hacer algunas de las rimas que se escuchan en un trabajo que trae por igual piezas bailables que reflexivas.
Quizás es menos profundos que sus discos anteriores pero está claro que no piensa soltar ese estilo tan suyo y reconocible en ese juego de tiempos tan diverso que por un momento suenan a hip hop y en un segundo se han instalado en el funk.
Girl Ultra – Blush
Su intención de dirigirse a una generación cachonda que busca en el placer evadir su tristeza funciona muy bien entre sus tradicionales formas R&B pero inclinadas más a una estética noventera en este EP.
Es como esa sensación que te queda después de haber destruido la cama con tremenda pasión en una noche de locura y permisos y el inmediato vacío que llega porque no fue mas que mera evasión.
Aunque se escucha muy vibrante en ese intento experimental, la realidad es que se antoja más como un pop que escapa de convenciones y que, alegremente, sí representa a una adultez temprana deseosa de sacudirse tanto mal rollo de la cabeza.
YoSoyMatt – Yo no soy marinero
El de Guadalajara, Jalisco, ofrece un dulce producto que derrocha bondad al tiempo que invita a sentir alegría mientras nos movemos al ritmo de la música. En esencia es un trabajo que quiere hacernos sentir bien sin mayores pretensiones que brindar un rato agradable.
Unos cuantos tonos latinos aparecen en esta fusión de sonidos electrónicos creados en la recámara, convirtiendo el cruce en un escenario íntimo en el que Roberto Matthews construye un ambiente cálido.
Su trayecto a buen puerto es estimulante, pues su variedad de sonidos auguran una naciente movida electrónica con tonos alegres en esa región del país.
Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.
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