Luna
Los neoyorkinos se dedican a interpretar canciones ajenas en su regreso a los discos después de 13 años alejados de los estudios de grabación.
Pese a la elegancia, suena más a un ensayo previo a una gran cita con sus fans. Como pasatiempo es agradable.
The Pains of Being Pure at Heart
Favoritos de la escena indie pop moderna, los de Nueva York no ofrecen grandes sorpresas en su regreso y siguen con la idea de la adolescencia perenne, lo que ya no cuadra después de que sólo uno de sus miembros fundadores continúa en el proyecto y más si tomamos en cuenta que han dejado de ser lobos solitarios para convertirse en parte de una familia.
Aún así, el compromiso persiste, el sonido también y los sintetizadores tiernos que enamoraron a una generación completa continúan intactos.
Odesza
El dúo estadounidense viene recargado con buenas canciones, muy bailables momentos y cánticos distorsionados que acercan su sonido a lo tribal, sin perder esa esencia que consigue que abarroten los escenarios donde se presentan cuando se ponen a festivalear.
Hay mucho de esa conexión en este nuevo trabajo, donde deciden no tomarse tan en serio sus ganas de echar fiesta y eso se agradece enormidad.
Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.
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