Ponle play: discos nuevos de Rhye, Zayn y Viagra Boys

Ponle play

Rhye – Home

La vida en pareja a la que le canta el canadiense Mike Milosh adquiere tintes oníricos cuando adereza piezas de modo orgánico. Ha dejado de lado, a ratos, lo artificial para que escuchemos la armonía que existe en el par descrito, aparentemente partiendo de su experiencia personal.

El “detalle” en esta producción es que los sobresaltos no existen. Pese a piezas que exponen la lucha de poderes natural en cualquier relación, hay muy pocos elementos que distinguen algunas canciones de otras, transformando la experiencia en música de acompañamiento y no en un disco al cual encontrarle una mayor sustancia.

Como experimento es valioso, pues significa un paso adelante en una carrera que nos ha acostumbrado a mezclas muy ricas de R&B y tecnología. Pero fuera de esa pausa en el camino no tiene mucho para sorprender.

Zayn – Nobody Is Listening

No hay hits poderosos aquí. De hecho, el ex One Direction presenta su disco más lineal hasta el momento, en la misma dirección de quien explora con tibieza subgéneros que no le son naturales para ir midiéndole el agua a los camotes. Es una aproximación nada más.

Maneja el mismo tono reflexivo que en sus dos anteriores producciones, con cierta templanza y un dejo de nostalgia ante lo vivido en la boy band de la que fue parte.

Lo que abunda es un estado de calma que no le va mal pero tampoco lleva esa atmósfera a otro nivel. Resulta tan íntimo que es muy probable que sólo conecte con la base de fans más comprometidos con el cantante. Fuera de eso, no hay otro modo en el que pueda interesar a oídos ajenos a su historia personal.

Viagra Boys – Welfare Jazz

Con la marca de la casa. Así se plantan los suecos para dar continuidad a la sonoridad que alcanzaron hace unos tres años. Estamos ante un baño de suciedad bastante elaborado. Ojo: esta calidad no es para desdeñar lo que se presenta aquí, sino un elemento que la agrupación imprime muy bien a las piezas que desarrolla en este LP.

Pese a la calidad de la producción es un disco desigual, con piezas muy ruidosas de notable cuidado y otras que apuntan al relleno. Eso sí, son altamente sónicos y poderosos, con lo que suplen cualquier otro “pero” que pudiera tener este trabajo.