Ponle play: discos nuevos de Roger Waters, Gepe y alt-J

Roger Waters

Para los que gustan de escuchar pedazos, no discos completos, lo nuevo del señor Waters no es opción.

En cuanto al formato de denuncia, de hacer hincapié en la realidad desigual del mundo, no hay cambios, vienen recargado y matizado, con una combinación justa entre lo musical y el discurso, logrando una de las placas más significativas del año ante la falta de voces que busquen más allá que entretener.

Se trata de un músico comprendiendo a cabalidad la nueva era, en donde importa muchísimo el mensaje pero también el modo en que se presenta.

Retoma mucha de la cadencia del Pink Floyd más contundente y no es para menos: los tiempos aciagos que describe lo requieren y él envuelve cada imagen en atmósferas sonoras precisas. Una chulada de disco.

Gepe

No es brillante, pero sí muy emotivo, con temas muy sentidos y letras honestas, cánticos a la vida, al tipo que va despertando al amor, al reencuentro con esas sensaciones que en la más básica de sus obviedades refiere a “las mariposas en el estómago”.

El chileno opta por la sencillez en esta sexta placa desde la trinchera independiente, muestra de que los tiempos son otros pues en ese mismo espacio alejado de artificio ha logrado que se preste atención a su compilado de sonidos locales.

alt-J

Tal y como su nombre lo menciona, los de Leeds parecen haberse relajado después de un inicio avasallador y entregan un trabajo desigual, con enormes piezas como “3WW” y momentos muy fríos y alejados de esas “ociosidades” rítmicas que les hicieron ganar notoriedad.

No han perdido su personalidad experimental, pero se trata evidentemente de un álbum en donde tratan de definir un rumbo tras la salida de Gwil Sainsbury de sus filas.

Sí, esperábamos más. Tienen con que.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.