Ponle play: discos nuevos de Silva de Alegría, James y Ryan Adams

Ponle play

James – All the colors of you

Aunque regresan un poco más políticos que antes, la banda se desmarca por completo de lo hecho anteriormente para ofrecer un rock arena más sencillo y pegajoso.

Es tan variado que tiene por igual dosis de electropop que remanentes de aquello que en su momentos se llamó britpop y del cual formaron parte aunque son de mucho antes de la etiqueta.

La búsqueda de estos “colores” se antoja razonable, pues apostaron por Jacknife Lee para la producción del disco, quien tiene en su haber trabajos con The Killers y U2, de ahí que el sonido es más potente, no así lo lírico. Pero no importa, están de vuelta en gran forma y con un disco fresco y que invita a ponerle buena cara al mal tiempo.

Silva de Alegría – Hombre Forestal

Sergio Silva se interna en el bosque para hacer un trabajo breve pero lleno de alientos y “pajaritos”. Es decir, hay un intento por llevarnos a ese punto en el que reflexionamos el gran daño que le hacemos al planeta.

Con letras profundas pavimenta un camino que se dirige derechito a una cabaña en medio de un enorme verde. Es de esos discos que se pueden “ver” y casi casi hasta “oler”. Y es lindo que proponga un futuro verdoso, aunque sabemos que la humanidad va hacia otra dirección.

Es un trabajo honesto y optimista, quizás demasiado clavado, pero no importa, porque ¿quién diablos no quiere internarse entre vegetaciones para escapar aunque sea media hora del infierno citadino?

Ryan Adams – Big Colors

Se antoja como el soundtrack personal de su juventud, repasando aquellos sonidos que le influenciaron pero con su toque característico y este nuevo “mood” en el que entiende la necesidad de expiar culpas y exorcizar demonios.

Es muy probablemente ese sendero de redención que ha decidido emprender en sus dos trabajos anteriores lo que ahora le tiene buscando brillo en el ayer, por eso sus composiciones menos puntillosas pero alejado de la sobriedad con la que retorno tras los señalamientos a su conducta.

La “americana” de los 80 se escucha en él de un modo alentador. Ojalá sea el empujón que necesita para continuar resolviendo asuntos personales a través de la música. Quizás nunca obtenga el perdón del respetable, pero al menos podrá seguir explorando su lado melancólico, cuando se le señalaba como un “rey sin corona”.