Ponle play: discos nuevos de Testament, Joe Satriani y Soul Asylum

Ponle play

Soul Asylum – Hurry up and wait

Es notorio que el llamado “rock alternativo” de los 90 murió y con él las bandas que le representaron. Ante esta realidad, siempre será grato ver a sus exponentes entender que esos sonidos de anecdotario siempre serán bienvenidos si vienen acompañados de las variantes necesarias para significar una propuesta y no uno de esos tantos homenajes chafas que abundan.

Los de Minéapolis han vuelto presumiendo el músculo que desarrollaron con mediano éxito en aquella fecha, cuando se quedaron al borde de ser algo más que una banda de un par de grandes discos. Tras algunos petardos que ni vale la pena recordar, la agrupación presenta un disco muy completo y en el que no busca competir por los primeros lugares, sino exponer la reconciliación con eso que los llevó a ganarse los reflectores.

¿Es suficiente para engancharnos de nuevo con ellos? No. Pero es un buen modo de echar la vista atrás y agradecerles por esos grandes momentos que nos regalaron y no lo sabíamos.

Testament – Titans of Creation

El trash está más vivo que nunca y el poder acumulado en este álbum da fe de que no sólo se trata de guitarrazos, sino de desatar el caos.

Lo que caracteriza esta cara de los californianos es el retorno al ritmo vertiginoso que obliga a poner atención al porqué de tanta rudeza. La velocidad que imprimen en cada pieza nos hace olvidar que estamos ante un largo de más de una hora.

De la destrucción al misticismo, todos los temas que han acompañado a la banda durante décadas están de vuelta en lo que sería su parte más floja, pero en lo que respecta al sonido, el virtuosismo se escucha intacto.

Joe Satriani – Shapeshifting

Pues ni parece que sea su álbum 18 de estudio, porque se divierte como un chamaco y no sólo se escucha tanto jolgorio, sino que los transmite, haciendo imposible no soltar el “guitarrazo aéreo”.

Lo que entrega en esta ocasión el neoyorquino es una prueba contundente de su versatilidad, en un LP ecléctico que no tiene desperdicio si intentamos entender su evolución como músico y porqué lo sigue gozando tanto.

No es precisamente una reinvención, es más un catálogo de estilos en los que no busca demostrar nada, sino simplemente divertirse. Como un palomazo. Es mucho más cercano al jazz que al rock, en temas de ejecución. Bueno, hay hasta mandolinas. Así el fiestón que armó con sus músicos.