Ponle Play: discos nuevos de Vetusta Morla, Daniel Noah Miller y Alizzz

Ponle Play

Vetusta Morla – Figurantes

Si vamos a hablar de “figurantes” creo hay que entender que se trata de personajes rándom con un peso trascendente pero no precisamente protagónico para cambiar el sentido de una historia. Y con esa misma liviandad los de Madrid crean un disco que se siente como retazos, pequeñas vivencias rescatadas por su importancia para la decisión de tomarse un respiro y que, cual necesidad fotográfica para resguardar el momento, había que grabar.

Se trata de un álbum dispar al que hay que disfrutar como lo que es: esencias que se concentran para recordarnos que somos el cúmulo de nuestras decisiones y de los actos de otros, incluso de los en apariencia diminutos.

Por eso no existe un hilo conductor preciso o afinado a diferencia de otros trabajos de los españoles, pero sí la osadía para dejar salir de sus sistema esas inquietudes líricas y sonoras a manera de improvisación.

Daniel Noah Miller – Disintegration

El artista nicaragüense-estadounidense expone sus dudas y anhelos tras momentos de mucha soledad en los tiempos de la pandemia y el resultado es el canto de un hombre sincero que trata de explicarse quién es y por qué la música es su refugio.

Se trata de un trabajo lleno de melancolía de esos que es oportuno acompañar con una taza de café en lo que van flotando ideas y con alguna de esas interrogantes planteadas habremos de comulgar.

Es un álbum confesional en el que expone su virtuosismo, pero sobre todo su lado más sensible.

Alizzz – Conducción Temeraria

Como su nombre lo indica, lo de Cristian Quirante ahora fue meterle turbo intentando demostrar pericia al volante pero a sabiendas de que con tanto vértigo algo podría salir mal.

El detalle es que se va mucho en línea recta sobre la senda del pop y no le vemos tantas variantes sucias, rudas y alternativas como en discos anteriores, lo que no significa que sea una producción fina y con todos esos elementos que le han hecho destacar como realizador.

No es el gran disco, pero tampoco iba a salir algo tan depurado para alguien que nos tiene acostumbrados a producir pisando el acelerador a fondo para retarse a sí mismo.