Ponle play: Halsey, Eminem y Nasanov

Ponle play

Nasanov

El catálogo de inquietudes de esta agrupación valenciana aparece sin tapujos en su segundo LP, mismos que van desde la integración a la contaminación.

Aunque no hay un hilo conductor que determine una temática, la banda parece querer demostrar que siempre se puede ir hacia adelante. No estamos ante un trabajo optimista, es más, ni siquiera suenan a un grupo “buena onda”, pero sí existe una consistencia en su canto en pos de ser honestos con lo que les preocupa.

“Vol. II” es como un ideario, mezclado con sonidos por momentos cósmicos, como queriendo hacernos partícipes de su visión del mundo, si bien no muy amplia, al menos consecuente con la realidad que viven.

Eminem

El rapero regresa a los temas que le fascinan, pero ahora lo hace con un tono cinematográfico que no le da ni le quita, aunque por lo menos aborda un formato diferente en pos de una reinvención.

El intento de superarse a sí mismo no sólo pasa por las bromas de mal gusto repartidas a los largo del disco, sino en la velocidad con la que “escupe” muchos de los temas de este álbum que nos muestra, una vez más, a un sujeto enojado con todo y con todos.

La teoría de Eminem es el golpeteo duro y consciente a nuestro cerebro, sin filtros ni “suavizantes”. Aunque, esa es “su verdad” y nunca ha sido cómoda ni a modo. Estamos ante un trabajo decente que quiso ser una suerte de película auditiva sobre la violencia, pero son pocas las piezas que realmente logran llevarnos a ese universo donde compartimos su coraje ante toda la porquería que vivimos.

Halsey

¿Personal o fantasioso? Estamos ante un disco engañoso, pues no sabemos si estamos ante la historia de una chica que lucha contra la bipolaridad o frente a ese personaje que se asoma cuando la mente le juega una mala pasada a Ashley Nicolette.

Ya sea una u otra, la intérprete nos hace parte de este “programa terapéutico” en el que deja salir una tercera personalidad, una que funciona como testigo y relatora de las dos partes en conflicto dentro de la mente de la cantante.

No se trata de un álbum conceptual, tampoco de una relatoría de dolencias, pero sí un trabajo bien hilvanado que nos “canta” las experiencias de una mujer que no está dispuesta a dejarse dominar, ni por sus tragedias ni por los demonios en su cabeza.