Una de las características de las aventuras de Charlie Brown y sus amigos es que nuestro siempre bien intencionado protagonista nunca puede ganar. Los personajes creados por Charles M. Schulz son niños pero tienen mucho de adultos, de ahí su encanto y la razón por la que el empeñoso “Carlitos” no puede salir airoso en ninguna empresa. Pero ya le tocaba.
“Snoopy & Charlie Brown: Peanuts, la película” es básicamente la esencia de ese protagonista que viste de amarillo: un mundo tan colorido no puede ser tan complejo, pero lo es; un chico con sentimientos tan nobles tendría que ser un triunfador en la vida, pero no lo consigue; una película con tan buenas intenciones tendría que ser redonda y maravillosa, pero no es así.
Y no es magnifica porque tiene minutos de más, porque se divide en dos líneas que toman el enamoramiento como eje: tanto Charlie Brown como su mascota viven historias en donde el móvil es la atracción hacia alguien del sexo opuesto. La diferencia es que Snoopy, ese adorable beagle isabelino que uno no puede odiar, es desgarbado y osado, travieso y seguro de que para lograr sus objetivos debe de ser astuto. En contraparte, “Carlitos” es un conjunto de inseguridades que no le permiten tener confianza en sí mismo.
Resolver el conflicto amoroso de ambos no debió de durar tanto, hay situaciones que se alargan innecesariamente pero no resulta en un filme pesado, simplemente en una obra que no es concisa.
Quienes crecimos consumiendo las tiras cómicas con Charlie Brown como protagonista entendimos en algún momento que la idea de Schulz era prepararnos para la frustración, para ver el fracaso como algo normal (y necesario), ese sentimiento que llega cuando no podemos ganar. Triste y simple a la vez, pasa todo el tiempo, no podemos tener todo lo que queremos y uno debe de sacar ganancia de la experiencia.
Steve Martino logró llevar a todos los personajes al plano digital sin traicionar la esencia de Lucy, Linus, Sally y demás comparsas del siempre penoso Charlie Brown. Técnicamente, el mundo de Peanuts no podía ser más armónico y festivo. El problema es el argumento.
Porque en el apartado visual hay tal combinación del pasado y presente en la animación que ocasiona sensaciones gratas. Como esos momentos en donde los personajes se ilustran a lápiz (bueno, no tal cual, porque es formato digital, pero se ve como tal) y hacen todavía más simple el mensaje eterno de Shculz, esas ganas frustrantes de conservar la inocencia.
Pero hay mucho tiempo de a gratis para un cierre que es evidente o que al menos se anuncia sin trabas a sabiendas que es un filme que va dirigido tanto a niños como a adultos. No obstante, es ese tipo de productos navideños que tratan de resaltar los valores universales y por eso hay que aplaudirle a la gente detrás del filme, porque de eso se tratan las historias de Peanuts: Charlie Brown, el perdedor perenne, y no obstante, nunca traiciona su espíritu bondadoso, incluso cuando está molesto.
“Snoopy & Charlie Brown: Peanuts, la película” es amigable y linda, las nuevas generaciones la adorarán y los que crecimos con estos personajes agradecemos ese intento por vendernos nostalgia. Fuera de eso, mejor suerte para la próxima, Charlie Brown.
The Peanuts Movie (2015)
Director: Steve Maritno.
Guión: Bryan Schulz, Craig Schulz, Cornelius Uliano.
Voces (en idioma original): Noah Schnapp, Hadley Belle Miller, Venus Schultheis.
Edición: Randy Trager.
Fotografía: Renato Falcão.
*Texto publicado en Azteca Noticias.
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