Basta una catástrofe para evidenciar quiénes somos realmente. Y si hay zombies involucrados que nos hacen correr por nuestras vidas antes de ser devorados, pues qué mejor.
“ZM un nuevo musical” es una muy entretenida sátira que nos saca muchas risas en lo que nos topamos de frente con las calamidades que somos capaces de fraguar en pos de un mundo mejor. O, al menos, de lo que pensamos es una existencia idílica.
En un pequeño pueblo de Estados Unidos, una famosa cadena de comida rápida lanza una nueva hamburguesa. Al mismo tiempo, gran parte de la población comienza a transformarse en zombis hambrientos de carne humana. Un grupo de sobrevivientes buscará una solución a la catástrofe, si es que esto es posible.
Se trata del estreno mundial del más reciente texto de Greg Kotis y Mark Hollmann, autores estadounidenses ganadores de reconocidos premios teatrales como el Tony.
Es una puesta en escena harto dinámica y que con tremenda creatividad logra situarnos en un mundo post apocalíptico con contados elementos pero que son tan bien utilizados por el reparto y la producción que no sólo nos topan de frente con esta actitud consumista que caracteriza al planeta de hoy, sino que apela a nuestra imaginación para adentrarnos en esta historia de diversos tipos de monstruos.
Aunque no descubre el hilo negro sobre los muertos vivientes, sí desarrolla con mucho aplomo arcos dramáticos fuertes, confrontando a sus protagonistas consigo mismos y haciendo que en determinado momento olvidemos que están escapando de una horda de zombies. Más bien parece que quieren escapar de ellos mismos.
El musical deambula entre la crítica dura y el escenario medianamente esperanzador, con un par de personajes descorazonados que aportan una alta dosis de acidez al montaje, resultando en un muy efectivo retrato de nuestra decadencia humana, aderezada con muchas referencias a la cultura pop.
Se presenta en el Teatro Milán los viernes, sábados y domingos, hasta el próximo 27 de octubre.